miércoles, 9 de mayo de 2012
¿Melmac?
El clima, ese al que tantas veces hacemos referencia, fue el fiel reflejo de un Melmac inédito. Frío, nublado, sin alma. Es que por la segunda fecha del torneo 2012 se enfrentó a Rocamora, equipo que desde el minuto 0 propuso el fútbol que Melmac está acostumbrado a practicar: juego asociado, ataque por las bandas y presión sobre la salida del rival. El hecho fue que al buen fútbol de los rivales se le sumó la peor actuación melmaciana que se pueda recordar, al menos desde que comenzó este camino lleno de logros en el 2009. La M, cayó por 4 a 1, pero el resultado en sí no fue lo más preocupante. Suena difícil de entender de que manera un equipo al que le meten 4 goles se debe preocupar más por otros temas que por la diferencia abultada del marcador, pero durante esta crónica se entenderá que las formas siempre (o casi siempre en este deporte a veces impredecible) son tan o más importantes que el resultado final.
De entrada los de azul fueron más. Melmac no reaccionaba y antes de los 10 minutos el rival abrió el marcador tras un grosero error defensivo, tanto en la entrega como en la marca, para dejar habilitado al delantero que puso el 1 a 0. En lugar de reaccionar MFC era un equipo cada vez más largo, con menos presión, poca precisión y con cada minuto que pasaba la cosa se ponía peor. Entre los 20 y los 30 un penal tonto le permitió a Roca ampliar las diferencias. Lo mejor que le podía pasar a los tricolores era que todo terminara y buscar las soluciones desde el banco.
El complemento fue peor. Se intentaron quemar las naves para dar un golpe de timón, generar un golpe de efecto en un equipo completamente abatido y tibio. No iba a haber respuestas y tampoco habría guiños de la suerte. Es que apenas arrancó el complemento el volante izquierdo rival corrió 30 metros con la pelota y con la marca que lo encimaba sacó un zapatazo que pareció más un intento de no perder la pelota que otra cosa y esa bola que se elevaba dando la sensación de que terminaba en las canchas de tenis se metió en un ángulo. Nachito (de lo más rescatable) iba a poner un poco de esperanza a la mañana con su descuento. Sirvió de poco. Rocamora encontró el cuarto gol de contra, algo lógico en un Melmac que (herido) se jugaba el todo por el todo, algo que por otra parte deben hacer aquellos equipos que se sientan ganadores.
Párrafo aparte para esas cosas que son las que más preocupan: jugadores que se hacen expulsar infantilmente, tipos que desobedecen una indicación que se da pensando en el bien del equipo, otros que increíblemente intentaban emparejar el partido de guapo y hasta insultos entre los propios jugadores. Esto es sin dudas lo primero que tendrá que rever este grupo si quiere seguir peleando cosas importantes.
Entender que cada vez que se sale a la cancha hay tres resultados posibles y que más allá de que siempre se hará hasta lo imposible para conseguir el único que genera total satisfacción, es ganador realmente aquel que no solo triunfa más, si no el que además sabe reconocer cuando se ve superado por su oponente, lo premia con el respeto y enseguida se levanta sobre si mismo para ir en busca de las revanchas que este deporte da constantemente. Pases mal, errores defensivos, falta de timming para presionar, centros mal tirados, gambetas desafortunadas, en síntesis, un pésimo partido desde lo futbolístico puede tener cualquiera. Falta de compañerismo y compromiso con el jugador que tiene la misma camiseta, defiende los mismos colores y pretender alcanzar objetivos comunes, es algo que no se puede permitir nadie que realmente quiera conseguir algo en este deporte. Este fin de semana hay revancha pero no "contra" otro equipo, si no contra si mismo, es que Melmac debe volver a ser Melmac, así el éxito volverá a ser fiel compañero.
A continuación, para todos aquellos que el lunes post-casamiento pasaron su día a pura agua mineral y alguna fruta, este sincero uno x uno melmaciano...
Nacho (6): El portero tricolor fue de lo más destacado del equipo, a pesar de haber recibido 4 goles. En ninguno tuvo responsabilidad directa e hizo lo imposible para que su canasta no se fuese todavía más llena de goles. La perla: pateó muy bien un tiro libre a favor. Bien Rogerio!
Feli (4): El moreno central, esta vez devenido en lateral por la derecha, poco pudo hacer para detener las constantes llegadas de Rocamora por las bandas. En algunos pasajes del tiempo que estuvo en cancha, se notó que no estaba jugando en su puesto habitual.
Seba (6): El animal de los laterales arrancó desde el banco y cuando entró, hizo pesar su arma letal. El descuento de los tricolores llegó de un bombazo de sus manos que pudo conectar Nachito y en la marca hizo todo lo que estuvo a su alcance.
Eloy (3): El doctor en vez de operar quirúrgicamente y con delicadeza, esta vez hizo todo de una manera burda y alevosa. Lento para los cierres, dubitativo cada vez que lo encararon y con poca conexión con su compañero de zaga. Para colmo, cometió el penal del 2-0.
Pepo (3): Un desconocido muro se hizo presente el domingo en Ciudad Universitaria. Salió lejos cuando la jugada no lo pedía, regaló pelotas increíbles cuando tenía que hacer la fácil y nunca se complementó con el doctor. Un partido para el olvido.
Pini (3): Otro de los hombres melmacianos que estuvo desconocido. En la faceta defensiva, estuvo acorde a todo el resto de sus compañeros y en ofensiva (donde siempre le gusta estar), no pudo demostrar presencia, debido a que los rivales nunca dejaban de atacar. Flojo.
Diego (3.5): Lamentablemente las situaciones del partido hicieron que entre en un esquema táctico que ya estaba completamente desorganizado y en ese desorden, que más se podía esperar sino más de lo mismo. Erró en los pases, anduvo flojo en la marca, y nunca impuso presencia.
Javo (3): El mayor de los Cicciaro estuvo con la calesita herida desde el minuto 0 hasta el 80. Resentido por el mal juego general del equipo, nunca pudo hacerse dueño de la pelota ni darle destinos correctos. En la marca, anduvo perdido y cometiendo muchos errores.
Lucho (3.5): Ya dijimos que la parte central del mediocampo sufrió demasiado las constantes arremetidas de Rocamora con mucha gente volcada al ataque. Tácticamente se lo vió desordenado, sin haber podido formar una buena dupla con Javo.
Nachito (6.5): Desde afuera parecía que era el único al cual la derrota le estaba doliendo y hacía algo por modificarla. Marcó, metió, jugó, obligó y encima convirtió el descuento en una buena llegada por el segundo palo. Esta vez, le faltó compañía.
Mati (4): El más pequeño de los hermanos racinguistas entró en el complemento para darle un poco más de sacrifico y vértigo al mediocampo tricolor. Lamentablemente poco pudo hacer al respecto, a pesar de haber entregado todo. Otra vez se critica su actitud desafiante.
Lean (3): En cuanto a entrega, fue de lo más destacado de los tricolores. Fue y vino de manera incansable. Tácticamente, nunca entendió la disposición del equipo para ir a buscar el partido bien arriba. Su expulsión, sin palabras. Una muestra más de sus arranques.
Salva (3.5): No hacía falta ver su cara para imaginar el fastidio que tenía por la falta de precisión grupal y propia. No pudo desequilibrar con su habilidad, pero siempre intento aguantar la pelota y generar peligro en ataque. Tiró un caño delicioso y se comió otro tremendo.
Gena (3.5): Junto con Salva, uno de los hombres que más está sufriendo la falta de juego del equipo. Luchó en las pocas que le llegaron, pero nunca pudo tener precisión en sus pases ni en sus definiciones. Flojo partido del centrodelantero tricolor.
Lobo (3.5): El wing es otro de los que anda perdido en la cancha en este 2012. Como la pelota no llegaba, él se acercó un poco a buscarla, pero en todos sus intentos chocó contra una pierna rival que le sacaba limpiamente la pelota. Puras ganas las del velocista.
La hinchada (10): En un mediodía frío y ventoso, fueron varios los que se acercaron a hacerle el aguante a la banda melmaciana: padres, novias, amigos y toda la movida de siempre del otro lado del alambrado, alentando a pesar de la derrota.
De entrada los de azul fueron más. Melmac no reaccionaba y antes de los 10 minutos el rival abrió el marcador tras un grosero error defensivo, tanto en la entrega como en la marca, para dejar habilitado al delantero que puso el 1 a 0. En lugar de reaccionar MFC era un equipo cada vez más largo, con menos presión, poca precisión y con cada minuto que pasaba la cosa se ponía peor. Entre los 20 y los 30 un penal tonto le permitió a Roca ampliar las diferencias. Lo mejor que le podía pasar a los tricolores era que todo terminara y buscar las soluciones desde el banco.
El complemento fue peor. Se intentaron quemar las naves para dar un golpe de timón, generar un golpe de efecto en un equipo completamente abatido y tibio. No iba a haber respuestas y tampoco habría guiños de la suerte. Es que apenas arrancó el complemento el volante izquierdo rival corrió 30 metros con la pelota y con la marca que lo encimaba sacó un zapatazo que pareció más un intento de no perder la pelota que otra cosa y esa bola que se elevaba dando la sensación de que terminaba en las canchas de tenis se metió en un ángulo. Nachito (de lo más rescatable) iba a poner un poco de esperanza a la mañana con su descuento. Sirvió de poco. Rocamora encontró el cuarto gol de contra, algo lógico en un Melmac que (herido) se jugaba el todo por el todo, algo que por otra parte deben hacer aquellos equipos que se sientan ganadores.
Párrafo aparte para esas cosas que son las que más preocupan: jugadores que se hacen expulsar infantilmente, tipos que desobedecen una indicación que se da pensando en el bien del equipo, otros que increíblemente intentaban emparejar el partido de guapo y hasta insultos entre los propios jugadores. Esto es sin dudas lo primero que tendrá que rever este grupo si quiere seguir peleando cosas importantes.
Entender que cada vez que se sale a la cancha hay tres resultados posibles y que más allá de que siempre se hará hasta lo imposible para conseguir el único que genera total satisfacción, es ganador realmente aquel que no solo triunfa más, si no el que además sabe reconocer cuando se ve superado por su oponente, lo premia con el respeto y enseguida se levanta sobre si mismo para ir en busca de las revanchas que este deporte da constantemente. Pases mal, errores defensivos, falta de timming para presionar, centros mal tirados, gambetas desafortunadas, en síntesis, un pésimo partido desde lo futbolístico puede tener cualquiera. Falta de compañerismo y compromiso con el jugador que tiene la misma camiseta, defiende los mismos colores y pretender alcanzar objetivos comunes, es algo que no se puede permitir nadie que realmente quiera conseguir algo en este deporte. Este fin de semana hay revancha pero no "contra" otro equipo, si no contra si mismo, es que Melmac debe volver a ser Melmac, así el éxito volverá a ser fiel compañero.
A continuación, para todos aquellos que el lunes post-casamiento pasaron su día a pura agua mineral y alguna fruta, este sincero uno x uno melmaciano...
Nacho (6): El portero tricolor fue de lo más destacado del equipo, a pesar de haber recibido 4 goles. En ninguno tuvo responsabilidad directa e hizo lo imposible para que su canasta no se fuese todavía más llena de goles. La perla: pateó muy bien un tiro libre a favor. Bien Rogerio!
Feli (4): El moreno central, esta vez devenido en lateral por la derecha, poco pudo hacer para detener las constantes llegadas de Rocamora por las bandas. En algunos pasajes del tiempo que estuvo en cancha, se notó que no estaba jugando en su puesto habitual.
Seba (6): El animal de los laterales arrancó desde el banco y cuando entró, hizo pesar su arma letal. El descuento de los tricolores llegó de un bombazo de sus manos que pudo conectar Nachito y en la marca hizo todo lo que estuvo a su alcance.
Eloy (3): El doctor en vez de operar quirúrgicamente y con delicadeza, esta vez hizo todo de una manera burda y alevosa. Lento para los cierres, dubitativo cada vez que lo encararon y con poca conexión con su compañero de zaga. Para colmo, cometió el penal del 2-0.
Pepo (3): Un desconocido muro se hizo presente el domingo en Ciudad Universitaria. Salió lejos cuando la jugada no lo pedía, regaló pelotas increíbles cuando tenía que hacer la fácil y nunca se complementó con el doctor. Un partido para el olvido.
Pini (3): Otro de los hombres melmacianos que estuvo desconocido. En la faceta defensiva, estuvo acorde a todo el resto de sus compañeros y en ofensiva (donde siempre le gusta estar), no pudo demostrar presencia, debido a que los rivales nunca dejaban de atacar. Flojo.
Diego (3.5): Lamentablemente las situaciones del partido hicieron que entre en un esquema táctico que ya estaba completamente desorganizado y en ese desorden, que más se podía esperar sino más de lo mismo. Erró en los pases, anduvo flojo en la marca, y nunca impuso presencia.
Javo (3): El mayor de los Cicciaro estuvo con la calesita herida desde el minuto 0 hasta el 80. Resentido por el mal juego general del equipo, nunca pudo hacerse dueño de la pelota ni darle destinos correctos. En la marca, anduvo perdido y cometiendo muchos errores.
Lucho (3.5): Ya dijimos que la parte central del mediocampo sufrió demasiado las constantes arremetidas de Rocamora con mucha gente volcada al ataque. Tácticamente se lo vió desordenado, sin haber podido formar una buena dupla con Javo.
Nachito (6.5): Desde afuera parecía que era el único al cual la derrota le estaba doliendo y hacía algo por modificarla. Marcó, metió, jugó, obligó y encima convirtió el descuento en una buena llegada por el segundo palo. Esta vez, le faltó compañía.
Mati (4): El más pequeño de los hermanos racinguistas entró en el complemento para darle un poco más de sacrifico y vértigo al mediocampo tricolor. Lamentablemente poco pudo hacer al respecto, a pesar de haber entregado todo. Otra vez se critica su actitud desafiante.
Lean (3): En cuanto a entrega, fue de lo más destacado de los tricolores. Fue y vino de manera incansable. Tácticamente, nunca entendió la disposición del equipo para ir a buscar el partido bien arriba. Su expulsión, sin palabras. Una muestra más de sus arranques.
Salva (3.5): No hacía falta ver su cara para imaginar el fastidio que tenía por la falta de precisión grupal y propia. No pudo desequilibrar con su habilidad, pero siempre intento aguantar la pelota y generar peligro en ataque. Tiró un caño delicioso y se comió otro tremendo.
Gena (3.5): Junto con Salva, uno de los hombres que más está sufriendo la falta de juego del equipo. Luchó en las pocas que le llegaron, pero nunca pudo tener precisión en sus pases ni en sus definiciones. Flojo partido del centrodelantero tricolor.
Lobo (3.5): El wing es otro de los que anda perdido en la cancha en este 2012. Como la pelota no llegaba, él se acercó un poco a buscarla, pero en todos sus intentos chocó contra una pierna rival que le sacaba limpiamente la pelota. Puras ganas las del velocista.
La hinchada (10): En un mediodía frío y ventoso, fueron varios los que se acercaron a hacerle el aguante a la banda melmaciana: padres, novias, amigos y toda la movida de siempre del otro lado del alambrado, alentando a pesar de la derrota.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
si los vemo en el boliche, LOS MANDAMO AL HOSPITAL!!!!
Perdemos y nadie habla mas acá? Por lo menos hablen de las hermanitas...algo...
Publicar un comentario