No carga esa cruz

El cielo más celeste que de costumbre invadía a la Ciudad de Buenos Aires. Más precisamente en el norte de la Capital Federal todo estaba dado para que en la Cancha 5 de Ciudad Universitaria, dos animadores del torneo se vieran las caras por primera vez en su historia. Melmac FC y Santa Cruz FC eran los protagonistas de un choque clave en la lucha del pelotón de arriba. Un partido clave para ambos que era, sin dudas, lo más atractivo que presentaba la divisional.

A lo largo de todo el partido la M supo ser más que su rival controlando las acciones de juego. No obstante, no fue fácil quebrar el 0 y por otro lado el menor de los De Angelis, quién custodia el rectángulo de gol de los melmacianos, tuvo trabajo y del bueno. Es que durante la primera parte, una vez que los amigos de Alf conseguían meter a SC en su campo, no tomaban bien las desiciones finales. A los volantes ofensivos (incluido el enganche) les faltaba movilidad para poder lograr más espacios. Y para colmo, cuando lograban conseguirlos, los delanteros no terminaban bien las jugadas o se asociaban de forma incorrecta al circuito de juego que arrancaba en quién fue la figura de Melmac, Matías.

Estás fueron las razones por las cuales para la segunda mitad se intentó que, con los ingresos de Salva por Pica y Rud por Luciano, el equipo pudiera tener más (o mejor) peso en ofensiva. Las chances y los espacios comenzaban a generarse y el rival se paraba de contra. Faltaba la puntada final y no dormirse en defensa. En una de las pocas que tuvo, Santa Cruz supo lanzar la bola desde la mitad a espaldas del lateral derecho de la M y generar un mano a mano que Nacho resolvió de manera inteligente. Pasado este pequeño sobresalto los de Spadari siguieron yendo al frente y contaron con la paciencia necesaria para encontrar la apertura del marcador tras varias chances desperdiciadas. Fue Nachito el que iba a meter una diagonal bárbara para poder volar de palomita y conectar el preciso centro de Kadara. Con la ventaja aparecían los espacios y los de amarillo tenían todo para liquidarlo pero no lo hacían. Fue por eso que hubo que sufrir un poquito más de la cuenta, y entonces el uno interplanterio aparecería de nuevo con otra tapada monumental. La defensa iba a tener que ponerse firme para despejar algunos centros que eran producto de faltas innecesarias cometidas por el tricolor.

Con el pitado final, un gran desahogo y un festejo mesurado invadió a Melmac. Es que ante un rival importante se jugó un regular primer tiempo y un muy buen complemento pero así y todo hubo que sufrir porque la pelota no siempre entra en relación a lo que el equipo genera. La paciencia y la sed de victoria fueron lo mejor del sábado. La aparición del arquero confirma una sensación de seguridad muy importante que Nacho siempre brinda aunque, debido al poco trabajo que suele tener, no siempre necesita demostrar. Hay que mejorar la movilidad, estar más precisos en los últimos metros y no cometer más faltas innecesarias que pueden generar no solo una expulsión sino también la perdida de puntos vitales. El camino está claro en cada uno de los jugadores y será cuestión de mantenerlo. Que el éxito se impregne en las casacas amarillas.

Para todos aquellos picarones que dejaron un comentario en el blog evadiendo su verdadera personalidad y ocultándose detrás de un seudónimo, este lindo uno x uno...

Nacho (9): Y llegó el día en que uno de los mejores guardametas de la UBA pudo lucirse gracias a dos fenomenales atajadas que valieron tanto como el gol a favor conseguido. Uno de los grandes artífices del triunfo que le permite a Melmac seguir escalando posiciones.

Seba (5.5): El del sábado no fue de sus mejores partidos. Se lo vio raramente impreciso al entregar la pelota y hasta sufrió algún pelotazo a sus espaldas. También cometió faltas innecesarias. Igual, supo ser firme en el mano a mano en jugadas importantes.

Pepo (9): Esta vez el muro no perdió ni un solo ladrillo. Lo encararon por adentro, por afuera, por arriba y por abajo. Siempre resolvió con simpleza y se recuperó cuando lo dejaban pagando. Un verdadero pilar de esta firme defensa melmaciana que mejora poco a poco.

Eloy (8): Cada día se entiende mejor con su compañero de zaga. El último hombre de Melmac estuvo siempre bien ubicado para neutralizar los pocos ataques que llegaron por el centro. De arriba es realmente impasable, y ordena la defensa como pocos lo hacen. Bien Doc!

Diego (6): Estuvo muy preciso con la pelota en los pies, mostrando una continuidad de jogo bonito con el partido anterior. Luego, al igual que el otro lateral del equipo, sufrió el único recurso con el que los rivales atacaban: el pelotazo a sus espaldas.

Mati (10): Pidió la pelota desde el minuto cero para hacerse cargo de la generación de fútbol melmaciano. En la marca, realmente impecable. Y cuando encaró con pelota dominada, hizo descalabros (haciendo expulsar a dos rivales). Un toro.

Lucho (6): Para el lungo volante y capitán hubo dos partidos en uno. Cuando le tocó ir de volante se lo vió impreciso y con algunas dudas. Luego, cuando entró de lateral, cerró la banda por completo y fue parte importante de la resistencia melmaciana.

Nachito (8): A pesar de no jugar en un nivel superlativo, siempre se las arregló para acercar peligro al área de Santa Cruz. Y cuando le pelota no quería entrar apareció ese instinto goleador que tiene el Cicciaro del medio, para darle 3 puntos claves al equipo. Crack.

Rud (8): Uno de los puntos de quiebre que tuvo el partido. Cuando entró Rud, el ataque de los tricolores ganó en vértigo. Tuvo buenos encuentros con el Lobo, con Mati y para colmo fue el encargado de darle el centro-gol a Nachito. Un fenómeno que volvió a su nivel.

Eze (5.5): El talentoso enlace de Melmac otra vez estuvo en un nivel muy por debajo del que le conocemos todos. Extrañamente impreciso tanto en el juego como en la ejecución de las pelotas paradas. Una mala racha que se termina pronto y vuelve el buen fútbol.

Salva (5.5): El tanque de área entró en el complemento para aportarle peso ofensivo en la zona caliente. Lamentablemente no pudo nunca entrar en el circuito de juego del equipo ni nos pudo regalar los maravillosos lujos a los que nos tiene acostumbrados.

Lobo (8): Algunos podrán decir que no siempre resuelve correctamente, pero es imposible que de 15 desbordes que tiene por partido, termine todos bien. El wing sigue intratable, superando a todos y soportando patadas al por mayor. Un correcaminos.

Pica (5.5): El delantero velezano de Melmac tampoco pudo esta vez hacer pesar su instinto en el área. Nunca encontró el hueco para patear, ni le quedó ninguna pelota limpia para conectar. En el circuito de juego alternó buenas y malas a lo largo de todo el partido.

La hinchada (10): Y como la encuesta lo marcó a lo largo de la semana, volvió el calorcito a Ciudad Universitaria y volvió la verdadera hinchada del equipo tricolor. Muchas mujeres (algunas novias, algunas amigas, algunas amigovias), muchos amigos y colegas, algún que otro padre, algunos exjugadores haciendo las veces de técnico o solamente alentando al equipo desde afuera como se merece. Trapos detrás del arco, trapos a los costados, y un verdadero festival de color a lo largo de todo el partido. La mejor hinchada, lejos.