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Nadie tiene bien claro cual será exactamente la cantidad de equipos que ascenderán este año. Las suspensiones para algunos equipos de la A y las desafiliaciones de otros por motivos que se desconocen, hacen imposible precisar el número exacto y desde las oficinas, no hay respuestas concretas. Pero hay algo que es seguro y es que los 3 primeros, suben. Es por eso que Melmac debía despejar cualquier tipo de duda e ir en busca de los tres puntos contra Cual Eus, no solamente para mantener la punta del certamen a un par de fechas del cierre sino también para conseguir definitivamente el tercer ascenso de manera consecutiva en su corta pero riquísima historia.

Los primeros cuarenta minutos de juego fueron acordes al clima: insoportables. MFC se encontró con un rival que hacía muy poco, que no proponía y que intentaba morder en la mitad aunque no siempre podía. El problema mayor no era cuanto podía dar el otro, sino lo poco que entregaba el elenco de Spadari. Errores en entregas cortas, pelotazos sin sentido, corridas solitarias y desconexiones de todos los estilos entre la línea media y los puntas, eran el reflejo de un equipo que no le encontraba la vuelta y que estaba desconocido. Hubo igualmente alguna que otra chance de gol aislada producto más de la jerarquía individual y un poco de amor propio que otra cosa: algún remate de Ezequiel, un centro-arco del capitán, algún remate de cabeza impreciso. Poco, realmente muy poco.

El entretiempo fue un sacudón. El DT reacomodó las piezas y entre los propios jugadores se dieron cuenta que el que acababan de sufrir debía ser el último cachetazo para despertar. No se podía regalar ni un minuto más. Fue por eso que el equipo se reordenó: Ezequiel de enganche para juntarse con Javier que ingresó de volante central, Matías pasó a la derecha a ser salida por la banda y Salva se ubicó de centrodelantero. Si bien de arranque no fue todo color de rosas porque la lesión del Lobo apenas comenzó el complemento generaba incertidumbre, Pica saltó a la cancha con el pie derecho y la M se acomodó rápidó. Desde los pies del mayor de los Cicciaro nacía el fútbol y en la presición del más chico para poner un centro bárbaro nació la apertura del marcador cuando Salva saltó más que nadie y de cabeza puso el 1 a 0. Con esta tranquilidad el equipo fue mucho más. Un gol de diferencia no define nada, pero la sensación era que estaba todo cocinado. Que decir entonces cuando a los 20 en la salida de un córner Eloy fue fiel a una de las pocas jugadas preparadas que tiene el equipo y sorprendió a todos por el 1er palo para desviar con categoría la trayectoria y decretar el segundo tanto. De acá al final se vio el Melmac que a todos les gusta: equipo corto, firme, y dando la sensación de que cada uno de sus ataques podía ser gol. Se generaron varias, no entró ninguna más.

En primer lugar hay que ser cauto y repetir que no fue la mejor actuación. El rival proponía muy poco y a los de amarillo les costó un tiempo superarlos. Luego, la reacción fue a tiempo y por sobre todas las cosas con las armas propias de este equipo: la pelota al piso, desbordes por las bandas y combinaciones en ataque que permiten creer que cada intento ofensivo será de peligro. Desde el ingreso de Javo todo fue más simple para sus compañeros y los caminos comenzaron a abrirse. A los que iban por afuera la pelota les llegaba más limpia y Domenech retrasándose unos metros se encontró mucho más con el fútbol y la posibilidad de generarlo. Hubo tal vez una mala lectura al comienzo y una muy buena para el complemento. Esa virtud, la de saber reconocer un error, leer un partido y cambiar a tiempo, habla muy bien del equipo (y en este caso en especial del DT, claro) y es vital para poder conseguir cosas. Aunque parezca que ya no hay tantas variantes afuera debido a suspensiones y lesiones, Melmac sigue demostrando que la jerarquía de los que están es inmensa y las variantes que casi todos sus jugadores le ofrecen al equipo marcan una gran diferencia.

Otra vez la alegría de redactar una nota que hace referencia a un logro nos llena de orgullo. Por tercer año consecutivo, como dijimos en el arranque de la nota, los tricolores logran subir un peldaño más. A veces se puede perder un poco la dimensión de lo que este grupo viene consiguiendo pero si se descansa un segundo la mente y se analiza en frío hay que sacarse el sombrero. Repasando la historia del torneo no son muchos quienes han podido hacer lo que viene haciendo Melmac FC. Y para colmo el elenco tricolor sabe que ahora queda un objetivo más, algo que estos muchachos desean y mucho. Que el éxito viaje de nuevo en esa bolsa llena de alegría amarilla.

Para todos los que quedaron colorados como huevo de ciclista después de una jornada de sábado a pleno sol y pileta en la casa de la familia López, este precioso uno x uno...

Nacho (7): Premio al arquero menos vencido del torneo que, a pesar de casi no haber intervenido por la poca peligrosidad que acercaban los delanteros de Cual Eus, siempre transmitió seguridad y fue la voz de mando de este equipo. Sigue la buena.

Seba (7): Otro de los que en esta recta final no regaló ni un centímetro. Se bancó los dolores en el tobillo y clausuró su lateral con mucha firmeza y solidez. De más está decir que lastimó siempre con sus flechas lateralísticas. Este es el verdadero lateral-man.

Pepo (6): Esta vez el partido no lo exigió demasiado, ya que los pocos intentos rivales llegaban por los costados o con disparos aislados. Tuvo algunos buenos quites y también algunas jugadas donde se lo vió dubitativo. Un partido discreto del muro.

Eloy (9): Uno de los hombres que da gusto tener en el equipo. Seriedad, compromiso con la marca, solidez de arriba y de abajo, voz de mando a lo largo de todo el partido y para colmo coronó la tarde con un tremendo gol de cabeza. Pieza clave de este ascenso.

Pini (5.5): Volvió a hacer lo que tanto le gusta, que es tirar la bola para adelante y sumarse a la ofensiva melmaciana asociándose con Nachito por la banda izquierda. Esto lo hizo de gran manera, incluso llegando al fondo y tirando buenos centros. En la marca, muy flojo.

Diego (6): Al igual que toda la defensa tricolor tuvo muy poco trabajo. En las pocas que le tocó participar lo hizo de manera correcta. Dos jugadas para destacar (una horrible y una genial): la horrible saltó a cabecear y le pifió por 5 mts, la genial una pisadita mágica sobre la línea.

Mati (7): El primer tiempo su rendimiento fue de la mano del equipo, y nunca pudo hacerse dueño de la mitad. Luego, cuando pasó de 8, hizo la banda con mucha inteligencia, corrió como si fuese su último partido y metió el centro perfecto a la cabeza de Salva para el 1-0.

Lucho (5.5): El capitán estaba por un lado desesperado por su flojo rendimiento personal, y por otro demasiado preocupado por la baja general del equipo. Nunca encontró la bola con claridad ni logró lastimar por su costado. Rescatable el sacrificio, y que nunca dejó de correr.

Manso (6): Entró faltando menos de 20 minutos en lugar del extenuado Matías. Se paró de 8 (aunque sin darse cuenta metía el culo en el círculo central), y entendió que el partido era haciendo correr la pelota y no trasladando. Un aprobado para él.

Javo (9.5): El hombre que cambió el partido. El DT lo mandó a la cancha en el entretiempo y le encargó la generación de fútbol junto con Eze. Cumplió a la perfección alternando jugadas hacia los costados y pases punzantes. Marcó, metió y pidió siempre la pelota para que los ataques tuvieran claridad. Un crack.

Nachito (5.5): El volante por izquierda y tractorcito melmaciano fue otro de los que estuvo muy por debajo de su nivel. Un primer tiempo acorde a la media del equipo, y un segundo tiempo con poca participación ya que Melmac se volcaba por la derecha. Otro que fue solo sacrificio.

Eze (7): También su rendimiento puede partirse en dos. Durante los 40 minutos iniciales nunca pudo hacer pesar su presencia goleadora, aunque tampoco le llegaba limpio el balón. Luego, jugando de enganche se juntó bien con Javo y con los carrileros y lastimó mucho más.

Salva (7.5): Cuando estuvo parado de doble cinco junto con Mati, nunca encontró la claridad para acercarles la pelota a los delanteros. Luego, entendió el mensaje desde el banco y se paró de 9, logrando así abrir el marcador con un fenomenal cabezazo. Pieza clave para el triunfo.

Lobo (5.5): Mala suerte la de este muchacho que en la recta final del torneo empezó con una serie de sucesos desafortunados. Expulsiones, lesiones, malos rendimientos. Esta vez estaba haciendo un flojo partido cuando su tobillo dijo basta. Out hasta el año próximo.

Pica (7): El delantero velezano fue, al igual que Javo, un ingreso que le dio fútbol a la ofensiva melmaciana. Tomó el lugar del picante Lobo e hizo un partido muy inteligente. Pisándola, metiendo pases simples y precisos y buscando siempre su gol. Buen rendimiento para él.

La hinchada (10): El calor que hacía en Ciudad Universitaria por un momento nos hizo pensar que los hinchas esta vez iban a fallar. Pero no: las novias broncéandose para el lindo verano que se viene, los suspendidos, los que vienen a darnos una mano, los amigos que llegan en bicicleta, y la magia de siempre desde un banco que suele ser de los más divertidos y variados de la UBA. Mención aparte para el DT que en el entretiempo despertó a sus players, movió el tablero y encontró el equipo adecuado para poder conseguir estos tres puntos de oro. Gracias a todos.